Eliseo Salvador Porta

Eliseo Salvador Porta Sarasúa, el más notable de los escritores artiguenses, nace el 31 de mayo de 1911 en la localidad de Tomás Gomensoro, que evocara y recreara en su obra "De aquel pueblo y sus aledaños".

Cursa estudios secundarios en la ciudad de Artigas en el viejo edificio del liceo, en Tomás Berreta y Dr. Luis Alberto de Herrera.
Por esa época llena de ensueños, cuando era destacado estudiante, escribe hacia 1927 sus primeros poemas.
Difundirá su capacidad creadora, en 1929, en las páginas del periódico estudiantil "Ecos del Norte".
Dos de esos versos de juventud, escritos en cuadernos, serán salvados del olvido en enero de 1974 por el profesor Juan Ramos, que fuera su condiscípulo, al publicarlos en el periódico "Principios".
Uno de ellos titulado "Miradas", revela ya "el poeta que se dará después en el lirismo propio del narrador".

"Si no me mira, siente en los ojos
que yo la miro.
Si no la miro,
siento en los ojos que ella me mira.

Y si me mira mientras la miro
nos sonrojamos
y, a un mismo tiempo, disimulando,
no nos miramos.

Cuando otros ojos la están mirando
como los míos,
siento una mano oprimirme el alma
con dedos fríos.

Y si su vista se cruza a veces
con otra vista que no es la mía:
siento igualmente que fuertemente
me oprime el alma, la mano fría."

Prosigue sus estudios a los diez y ocho años de edad en Montevideo, costeados con su trabajo en la Aduana.
Paralelamente interviene en las luchas universitarias.
Dirige durante la dictadura del Dr. Gabriel Terra "El estudiante libre" y escribe en "La Calle" dirigido por Enrique Rodríguez Fabregat y "La Protesta" , de efímera existencia, orientada por Julio C. Grauert.

Sigue escribiendo poemas que publican los periódicos artiguenses "El Baluarte" y "Orientación" .
En Montevideo no se deja "arrastrar por las poleas locas de las ruedas de café", cuya atmósfera atraía y sigue atrayendo a muchas constelaciones de escritores nacionales.
Luego de graduarse de médico, ejerce por algún tiempo su profesión.
Permanece durante veinticinco años en la capital de la República.

En 1943 publica su libro de poesías "Estampas", un verdadero "censo lírico", del campo norteño, con sus potros y toro, pero también con postes telefónicos, gitanos y gringos, como lo ha señalado el profesor Aníbal Alves.
Y en 1951 "De aquel pueblo y sus aledaños", un libro de cuentos, que nace a partir de los recuerdos y diálogos con Don Plácido, su viejo maestro imaginario, cuyo modelo vivo fue el ya citado Juan Ramos, su amigo íntimo, según lo revelara Alves en el juicio valorativo de la obra de Porta que publicáramos en 1968 en el Álbum de Artigas.

Cuando se conmemoró el centenario de la muerte de Artigas, cediendo, sin duda, a la legítima onda de emotividad que recorrió la República en aquel entonces, Porta escribió un breve y hermoso "Romance de María Segovia", una de las tres mujeres que, según el padrón de 1811, iban solas en la Emigración del pueblo oriental, sin carruajes y no eran viudas.
De las otras dos Catalina Muriñigo y Mauricia Baces, esta última podría estar emparentada con Matías Bases, que también se hallaba entre quienes acompañaban al Jefe de los Orientales.

María Segovia, sola,
vas haciendo tu camino,
una jornada tras otra,
sin carreta, sin marido;
sola de día y de noche
sin hombre muerto ni vivo.

Tu sola, María Segovia,
sola tu, con tu apellido.
Por cuchillas y por montes
sin esclavos y sin hijos.

Bien neta, toda futuro,
solita tu, con tu hatillo.
María Segovia a secas
caminando hacia el exilio.

Sin padres y sin hermanos,
sola tu, con tu destino
¿Donde estás, María Segovia?
¿Donde fueron tus huesitos?

¿Como poderte decir
que todos somos tus hijos,
que prendidos a tu pecho
íbamos recién nacidos?
¿Cómo poderte decir
que la Patria iba contigo?

A pedido del profesor Ariel Dieste, el folklorista artiguense Alán Gómez le puso música al poema.

Dos años después, en 1953, aparece editada por el grupo "Asir" su obra "Con la raíz al sol", premiada por el Ministerio de Instrucción Pública.
Esta novela, cuya temática es el hombre enfrentado a la sequía, se publicó en segunda edición en 1970.
En 1955 aparece "Ruta 3", novela de la inundación, también premiada por dicho ministerio, donde analiza los problemas del campo brindando asimismo posibles soluciones.

Por concurso obtiene en 1957 una cátedra de geografía en el Liceo de Bella Unión, donde se radica posteriormente, retirándose del ejercicio de su profesión.
Dos temas centran sus nuevos aportes, esta vez en el ensayo: en 1958, "Artigas, valoración psicológica"; en 1961, "Uruguay: realidad y reforma agraria", donde plantea los problemas del agro con un enfoque diferente: desde la óptica de quien conoce la realidad nacional y a los trabajadores rurales.
Fue reeditada esta obra en 1969.

En 1962 obtiene una mención en el Concurso de cuentos y ensayos organizados por la página de Arte y Cultura del diario montevideano "El País".
Ese mismo año, un impulso espiritual lo lleva a encarar un gran tema histórico.
Y con su novela "Intemperie", (1963), obtiene el primer premio en el concurso organizado por el Ministerio de Instrucción Pública, para obras relativas al ciclo artiguista.
El autor ubica la acción en tiempo de la Emigración del Pueblo Oriental.

La novela, publicada por Ediciones de la Banda Oriental, expresa con vigor las tareas campestres de la época y su escenario y la vida tumultuosa de la abigarrada muchedumbre del pueblo peregrinante blancos, negros, indios, con sus vehículos y animales, "en medio de horizontes planetarios".
En 1968 la Colección Historia y Cultura Nº 11, editada por la Universidad de la República, divulga fragmentos de "Intemperie" y del Éxodo del Pueblo Oriental, de Juan Zorrilla de San Martín, con prólogo de Arturo Sergio Visca.
Francisco Espinola aprecia la aparición de "Intemperie" como "una alegría nacional".
Después de Eduardo Acevedo Díaz, nadie había abordado con éxito, hasta ese momento en nuestro medio, la novela histórica.
Seguidamente Porta recoge en libros "Marxismo y cristianismo", ensayo, en 1966; "Una versión del infierno", cuentos, 1967; "Sabina", novela, en 1968; y "Qué es la revolución", ensayo, 1969.

"Sabina" lo proyecta a un primer plano de la narrativa nacional, al ser la obra ganadora, presentada con el seudónimo "Tupamaros", al Concurso organizado por el diario "El País" sobre novelas históricas, cuyo jurado estuvo integrado por el Dr. Emilio Oribe, Arturo Sergio Visca y Domingo Luis Bordoli. Divídese en dos partes y la acción se sitúa en el periodo comprendido desde el segundo sitio de Montevideo hasta la batalla de Guayabos.
Aludiendo a las novelas históricas de Eliseo Salvador Porta "Intemperie" y "Sabina", ha dicho el ya citado crítico literario Arturo Sergio Visca que "quizás pocas de las novelas publicadas en el Uruguay en estos últimos años sean de tan recomendable lectura como estas dos" y refiriéndose a su obra global, ha expresado en su libro "Aspectos de la narrativa criollista", que "muestra a un escritor constantemente ocupado y preocupado por penetrar e interpretar la realidad nacional.

Esta tensa voluntad de arraigo se abre en dos vertientes:
la realidad campesina uruguaya y el pasado del país. Y ese volver los ojos al pasado no se da en Porta como un frío intento de reconstrucción arqueológica sino como un ardoroso afán de buscar raíces desde las que alimenta con autenticidad la vida presente".

Porta dejó inconclusa una novela, que iba a llevar el título de "1815", con la cual cerraría la trilogía iniciada con "Intemperie" y "Sabina", en la que abarcó sucesos del ciclo artiguista no abordados en su narrativa por Eduardo Acevedo Diaz.
Realizó labor periodística en "Época", "Marcha" y "Guión", pronunció conferencias en diversos lugares del país, participó en congresos pedagógicos y escribió obras teatrales, tales como la comedia "Fronteras familiares", que fue estrenada por liceales de Bella Unión y por el Grupo "Florencio Sánchez", de Artigas, los sainetes, "De visita" y "En el consultorio" y además adaptaciones de "Tabaré" y de su obra "Marxismo y Cristianismo".

En sus últimos años tomó decidida posición política y fue colaborador de los cañeros en su lucha por la tierra.
Aquejado de una pertinaz dolencia, el 11 de enero de 1972 puso fin a su vida en Bella Unión.
Desde mayo de 1987 el Liceo de Tomás Gomensoro, del cual fue fundador y primer director, lleva su nombre en homenaje a su labor intelectual y docente.

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Aunque escribió en varios géneros, es fundamentalmente como novelista que adquirió notoriedad.
"Con la raíz al sol" sigue siendo posiblemente su mejor novela, y una de las más logradas que se han escrito en el Uruguay en las últimas décadas.
El tema de la sequía y sus consecuencias es abordado en ella a través de un enfoque social muy bien integrado al drama individual de los personajes.
En sus dos últimas novelas revitalizó el tema histórico, enfocando el período artiguista de las luchas por la indepndencia, en la línea de las novelas de Eduardo Acevedo Díaz.

Hugo Fontana destaca el paralelismo entre Ismael de E. Acevedo Díaz y Sabina, y afirma que en esta obra de Porta "donde se alcanza una tensión épica inigualable, sobre todo en los capítulos que atañen a la derrota de las tropas porteñas, cercadas campamento tras campamento por las fogatas que los charrúas y gauchos encienden en su derredor".
Desde una perspectiva más global descubre en sus narraciones "una verdadera simbiosis entre hombre y naturaleza": cada ser humano, cada incidente de la obra de Porta aparece así unido por el hilo cordial que lo revela comprometido con su suelo, más no a través del dudoso reflexionar ideológico en el que se hubiera detenido cualquier escritor desamparado sino de manera carnal y unánime".

 Tomado del libro Artigas Tomo II de Aníbal Barrios Pintos Ed 1989

© José Salvador Da Costa - Compilador